lunes, 28 de febrero de 2011

PEQUEÑAS FRUSTRACIONES DOMESTICAS


Me imagino que a nadie pillará por sorpresa esto de las pequeñas frustraciones domesticas o nó. Digo sin miedo a equivocarme que yó como el resto de los mortales vivo arrastrando varias de ellas y seguro que cuando me extienda en el tema me comprendereis mejor. Hay quien se siente frustrado por no haber viajado a algun lejano pais, hay a quien le frustra haberse casado muy pronto y "obligado" por unos sentimientos de fidelidad inquebrantables ve pasar a las veinteañeras que de joven no cató con desespero, otros querrian haber sido campeones del mundo de ajedrez (o por lo menos del casino de su barrio) y ven como no son capaces ni de ganar a las damas al hijo de 12 años de la vecina de abajo, etc, etc, etc... A mí hasta ahora siempre me dió un poco igual el tema aunque siempre escuchabas en el agua o en pleno proceso de "librarse" del neopreno aquello de "antes de morirme tengo que surfear en tal o cual ola" (lease Malibú, Uluwatu, Teahupo, Mavericks o cualquier otro objeto líquido de deseo dependiendo de tu acompañante). Ahora desde que he entrado en la cuarentena empiezo a darme cuenta de que muchos de mis sueños de juventud no van a cumplirse, simplemente porque la vida te lleva por unos derroteros laborales, familiares y sociales que impiden, excepto machada, cualquier historia que te lleve más de un fin de semana de realización. De entre todas mis "pequeñas frustraciones" la que más claro tengo desde hace ya años que no se va a llevar a cabo es la de escalar un 8.000, sí como lo leis, siempre tuve en la cabeza poder contar a mis nietos (que seguro que ya no voy a tener tampoco) que yo había subido a una de esas cimas míticas del Himalaya pero obviamente nunca he tenido ni el valor, ni el dinero, ni el tiempo, ni la preparación física para hacerlo así que poco a poco el sueño ha pasado a ser como uno de esos quistes que te aparecen en el cuerpo y que llevarás contigo hasta el fin. Y así me conformo con no perderme ni un solo programa en la TV sobre escalada ni un solo fotograma de uno de mis idolos de juventud Nacho Orviz en "Al Filo De Lo Imposible" acompañando a Edurne Pasabán en su aventura de coronar los 14 ochomiles. Al final el que no se consuela es porque no quiere. Saludos.

3 comentarios:

alberto rueda bilbao dijo...

Hace unos 15 años, me invitaron a una expedición al CHO OYU, eso sí, tenía que poner casi un millón de las antiguas pesetas, como no las tenía, no fuí.

También corrí 6 años triathlon, y tras prepararme mucho para el iron man, a última hora no pude ir por trabajo.

Aquí tienes dos de mis fustraciones...pero tengo más.

Manu dijo...

nada nada hay que liberarse de las frustraciones y disfrutar de lo que se tiene; mirar a las veiteañeras sabiendo que la que te espera en casa vale más (y te aguanta mejor), y apuntarse a un bombardeo a la que se presente.
Por cierto, hace una escapada primaveral a Biarritz? jojo
saludos

Paquito dijo...

Venga fredo!!
Un ochomil no es nada hombre!!